Internet, una puerta abierta a la poligamia regional
08.11.2008 18:25
“Constrúyete un paraíso, un amante virtual, mándale orgasmos por e-mail” es una de las frases que componen Satania –refiriéndose a Internet-, una canción del grupo español Mago de Oz, que sacó al mercado el trabajo musical Finisterra en el año 2000, cuando para mí la red era sólo una quimera y aún no dimensionaba la importancia que tenía y que tendría.
Ocho años después, cuando la red es fundamental en la cotidianidad, es fácil hablar no sólo de “orgasmos” virtuales, sino de muchas otras formas de reemplazar el contacto personal, de recorrer la ciudad sin salir de casa, de vivir en el mundo sin abandonar la pantalla, de tener y sentir a la red como real.
En una idea un tanto “apocalíptica” Ramón Zallo habla de la Telépolis que Echeverría planteó como: “un planeta que ya es una sola y desigual ciudad en la que los barrios son las actuales naciones, donde la geografía es desplazada por las completas redes de comunicaciones, las calles son los medios de comunicación, el ágora --el espacio público- es la pantalla”.
La misma revista aseguró, además, que el uso de la red es tan usual que “entre abril y junio 5,29 millones de usuarios de telefonía móvil navegaron por Internet mediante sus equipos o dispositivos celulares, 1,83 millones más que en el primer trimestre del año”.
La cuestión está en la calidad del uso, pues es común hablar de la gran cantidad de tiempo empleado en Internet cuando sólo hemos ingresado al Messenger, al Facebook, a Hi5, a Myspace o sólo a revisar el correo electrónico, lo que considero sería la razón principal del aumento en las cifras del uso de la red en Medellín.
Por otro lado, Manuel Castells afirma que “los ciudadanos, en general, tienden a hacer un uso instrumental y poco ideológico de Internet: lo utilizan para lo que les sirve y consideran la libertad en Internet como un tema fundamental cuando hace tiempo que se han acostumbrado al control político y comercial de su principal fuente de información: la televisión”.
Lo que expresa Castells lo defino, en pocas palabras, como una alienación mediática que generó en su momento la discusión en torno a la televisión. Será, entonces, que nos volvemos más individuales por estar en frente de una pantalla o, por el contrario, estamos abriendo un espacio para acabar con la endogamia, imposible de ocultar hasta en la red.
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